El juzgado y la defensoria de la Niñez y la Adolescencia tuvieron que intervenir en un terrible caso donde un ciego mantuvo relaciones con la madre y la hija a quienes embarazó y tuvo hijos con ambas.
14/11/23 – Yby Pytã – Canindeyú
Todo salió a la luz cuando la joven Leticia Almiron (19) huyó de su casa de Britez Cué alegando violencia de su pareja quien resultó ser su propio padrastro con quien tuvo una beba de dos años y tres meses.
La madre Clara Almiron vino a buscarla desesperada encontrándola en la vivienda de la docente Julia Oviedo de la colonia Fortuna Curuguaty, hasta donde se alojó negándose rotundamente a retornar a su casa de Britez Cué.
La joven pidió que se le trajera su menor hija para poder buscar trabajo en Curuguaty de manera a evitar volver a la casa donde vive con su madre hastiada a merced de su padrastro no vidente.
Finalmente, la jueza Mabel Morel y la defensora pública Alice Mónica Marín, ambas de la Niñez y Adolescencia, se constituyeron ayer lunes en la colonia Britez Cué, específicamente en la vivienda de la familia para rescatar a la beba y derivar con su madre al albergue del Ministerio de la Mujer de Curuguaty, donde permaneceran transitoriamente.
El caso fue derivado al ministerio público para que se investigue el presunto abuso del no vidente en complicidad con la madre Clara Almiron que habría consentido la relación de su pareja con su hija desde los 15 años.
La denuncia también se extendió contra la congregación religiosa Pueblo de Dios, que estaría normalizando estos tipos de relaciones evitando que las víctimas acudan a los hospitales y se active el protocolo establecido para estos casos.
No se descarta que tanto el no vidente y la madre sean imputados por el sistemático abuso a la joven que ya fue rescatada con su hija por las autoridades.
El temor es que también la otra menor que vive en la casa sea abusada de la misma forma.
